Como responsable de marketing y parte del equipo de diseño de producto de Rosa Gres, el interés que me ha despertado el fenómeno del vestido ha sido triple. 1) Su rapidez de propagación a nivel mundial, 2) lo qué implica en el diseño de producto la percepción personal de los colores 3) y la coincidencia con nuestras últimas investigaciones sobre el color para mejorar nuestro gres porcelánico y que os revelo en un momento.
El tema del vestido enseguida captó mi atención (como la de millones de personas). Evidenciaba que no percibimos visualmente los colores del mundo de forma idéntica. Porque eso depende de la interpretación de la luz y del contexto que hace nuestro cerebro. Os explicaré algunos casos que he vivido en primera persona. Para mí el color indubeige, (nuestro pavimento industrial), es completamente beige (y de ahí el nombre que le puse), mientras que otros lo ven absolutamente gris. Y es imposible llegar a un acuerdo sobre este punto. Más recientemente, una muestra de una pieza que yo percibía claramente como gris oscuro, otra persona la percibía verde esmeralda. Increíble. No estamos locos, nuestro cerebro saca distintas conclusiones acerca de lo que vemos, es así. En este artículo de Antonio Martínez Ron queda muy bien explicado, os lo recomiendo.
Uno de los temas que debatimos internamente desde hace tiempo es la complejidad a la que nos enfrentamos cuando diseñamos los colores. Desarrollamos pavimentos que se colocaran en el exterior (terrazas y piscinas), y por tanto se verán de día con luz natural. Pero la elección del color y la decisión de compra se realiza dentro de una tienda con luz artificial que casi seguro será distinta en cada local (blanca, azulada, amarillenta, fluorescente…). Así que el color dentro y fuera de la tienda puede llegar a ser muy distinto. Por lo general, en el interior el tono tiende a ser más verdoso (menos atractivo). Y una vez colocado en la terraza, el tono es muy agradable.
Esto nos sucedió cuando lanzamos la colección mistery en el 2013. Los colores lucían mucho mejor fuera que dentro. Y era un asunto que nos preocupada. Con el tiempo, gracias a su diseño de piedra hiperrealista, sus 4 colores muy ricos gráficamente, la seguridad que aporta (no te resbalas), sus preciosos peldaños y bordes de piscina a juego y su facilidad de limpieza (no lo verás sucio), mistery es nuestra serie más vendida. Yo creo que el éxito de mistery es su belleza. Pero lo es también la superación del conflicto “el-color-en-la-tienda-y-fuera-de-ella”. En esta ocasión la solución llegó gracias a la confianza: el responsable de la tienda conoce bien mistery, sabe que el cliente quedará muy satisfecho y lo transmite con seguridad. Las ventas de mistery grey (gris suave), mistery blue stone (nuestro precioso gris oscuro azulado y que mereció una mención en el New York Times), mistery white (piedra blanca) y mistery sand (beige-ocre) no dejan de crecer. Sí, la confianza es genial. Pero no es suficiente, queremos más.
Y aquí viene lo mejor y lo que me ha empujado a escribir estas líneas. En el 2015 estamos dedicando especial atención a la percepción de los colores en el interior y el exterior. Nuestro objetivo es ayudar a que el cliente vea dentro de la tienda lo mismo que luego verá en su terraza o piscina. Nos gustan los retos difíciles. Y nuestro responsable de laboratorio, Manolo Domínguez, no sabe decir que no. Así que estamos desarrollando una tecnología para lograr la estabilidad del tono con los distintos tipos de luz.
Os adelanto que estamos ya a pocos meses de lanzar nuestra primicia. La solución está casi lista, y aunque pendiente de las últimas pruebas industriales, parece que funcionará correctamente. Y gracias a la viralidad del vestido y lo que nos ha hecho pensar a todos, me doy cuenta de que si lo conseguimos, no solo representará un nuevo hito en la innovación de la industria cerámica, sino que también lograremos que los cerebros de la gente funcionen de la misma manera cuando vean nuestros productos. ¿No es emocionante?
Marta Sugrañes